Los Ayuntamientos ponen el 76% de las multas.

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Las multas más comunes son exceso de velocidad (44%), estacionamiento regulado (27%), aparcamientos indebido (13%) y, más lejos, no respetar la señalización (5%).

«Los ayuntamientos solo piensan en recaudar», «van a cazar al conductor» o «utilizan las multas para cuadrar sus cuentas» son tópicos que no por repetidos y oídos son más ciertos. Un estudio de la Fundación Línea Directa -realizado sobre 675.000 multas impuestas por todas las administraciones entre 2011 y 2014– desmiente estos mitos. Según las cifras manejadas por este estudio, los ayuntamientos multan cinco veces más que la Dirección General de Tráfico en cuestiones de circulación. De hecho, la DGT apenas llega al 14% de las sanciones en todo el territorio nacional, mientras los ayuntamientos imponen más del 76% de las sanciones.

Sin embargo –y aquí desmienten otro mito–, el 70% de las sanciones de los ayuntamientos están directamente relacionadas con la seguridad vial y solo el 30% con la movilidad o el aparcamiento. Además, y contrariamente a lo que suelen decir los tópicos, la presión sancionadora se ha reducido en 10 puntos entre 2011 y 2014, lo que coincide con el descenso del número de desplazamientos en automóvil que han acompañado a la crisis económica.

NO APRENDEMOS. Pese a todo, Línea Directa señala un dato poco halagüeño: las multas no cambian nuestra forma de conducir. De hecho, casi el 60% de los conductores admite sobrepasar los límites de velocidad de forma habitual, principalmente en vías de circunvalación y travesías urbanas. E incluso más de 4 millones de conductores españoles admiten haber sido multados por sus ayuntamientos hasta 5 veces en los últimos 5 años. Además, en número de accidentes con víctimas se ha incrementado un 20% en zonas urbanas y el número de fallecidos solo ha descendido un 3,5%, frente a la caída del 22% registada en carretera.

Tras estudiar 675.000 multas de tráfico impuesta por la diferentes administraciones públicas entre 2011 y 2014, la Fundación Línea Directa ha realizado un ránking con los ayuntamientos que más multan. Así, las capitales son los ayuntamientos que más sanciones imponen, encabezadas por Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca o Granada. De hecho, las capitales de provincia ponen hasta 6 veces más multas que los restantes consistorios, aunque en estas cifras influyen desde la orografía y el urbanismo a la densidad de población, el carácter turístico de la población o la forma de conducir.

Las multas más habituales en las capitales son las de exceso de velocidad (44%), seguidas por el estacionamiento regulado (27%) y el estacionamiento indebido (13%), que afecta a cruces, zonas peatonales o doble fila, entre otros. A más distancia aparece no respetar la señalización (5%), que incluyen infracciones como saltarse semáforos, la señalización vertical y horizontal o no seguir las indicaciones de los agentes de circulación. También es destacable el número de sanciones por no notificar la identidad del conductor en caso de pérdida de puntos (4,5%), una sanción bastante desconocida que puede triplicar el importe inicial de la multa.

AFÁN RECAUDATORIO. Los conductores son muy críticos con sus ayuntamientos. El 90% atribuye carácter recaudatorio a las multas y el 60% piensa que los radares de sus ciudades persiguen obtener «cuanto más dinero, mejor». Y eso a pesar del descenso del número de sanciones en los últimos años.

Tampoco ha mejorado esta imagen tras las últimas elecciones, ya que el 72% opina que los nuevos consistorios los están haciendo igual e, incluso, un 17% cree que peor.

Sí salen mejor parados los cuerpos policiales: el 75% valora positivamente su labor, aunque un 65% señalan que debe mejorar su actitud y una presunta orientación hacia la recaudación.

En cuanto a los recursos de las multas, el 73% opina que no hay posibilidades reales de ganarlos. No obstante, un 85% de los consultados desearía que los recursos de las multas fueran vistos por un organismo independiente de la Administración, que garantizara la independencia y objetividad del fallo.